sábado, 18 de septiembre de 2010

Versos en la boca

En el año 2003 me reencontré con Joan Manuel Serrat después de muchos años en que no lo había visto en un escenario. Lo había escuchado en 1974 en Bahía Blanca, en el Club Olimpo, cuando presentó su famoso disco de esa año, llamado "De parto", y que entre otras canciones tenía la que daba nombre al disco y el "Romance de Curro el Palmo". Maravilloso trabajo. Es decir que pasaron casi 30 años para que lo volviera a ver en un escenario.

El 1 de febrero de 2003 fue la cita en el Gran Rex, y el concierto fue el de presentación de su disco más reciente, que era "Versos en la boca", editado en el 2002.

En esa oportunidad escribí una crónica del recital que publiqué en el sitio oficial de Serrat en Internet, y que ahora comparto con ustedes.

Concierto en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires
1º de Febrero de 2003

DELIRIO EN RAMA Y GENTE FELIZ

Me parece que es muy importante cuando un artista popular logra que la gente sonría, se emocione, en definitiva sea feliz. Si a esto le agregamos que este artista lo ha logrado en la Argentina, creo que es doblemente meritorio. Y eso es lo yo creo que logró el Nano en el concierto de esta noche en el Gran Rex.

Cuando uno llega al teatro se encuentra con un escenario, en donde descansan los instrumentos y en donde hay ocho columnas distribuidas en semicírculo, que luego en cada parte del espectáculo irán tomando distintas tonalidades y colores acorde a las canciones que va interpretando Serrat. Un escenario sencillo y muy austero.

El concierto comenzó a las 22 horas con la entrada del maestro y el saludo, o intercambio de saludos con el público, que colmaba la capacidad del teatro. Ahí fue cuando Joan Manuel tomó la guitarra, comenzó a tocarla y empezamos a escuchar el silbido clásico de “De cuando estuve loco”, canción con la que comenzó el recital. Una versión muy hermosa. Luego siguió con “La bella y el Metro”, que fue muy aplaudida, y después, con una bella interpretación de “Penélope”. El teatro reventaba de emoción y parecía increíble tenerlo allí, tan cerca. Recorrió casi todas las canciones de su nuevo trabajo, mechadas con varios de sus éxitos más notorios. “Mediterráneo” que arrancó la primera gran ovación, “Hoy puede ser un gran día”, “Disculpe el señor”, “Qué sería de mí”, “Los recuerdos”, “Muñeca rusa”, y sobre todo los clásicos como “Cantares”.

Dos espacios merecen destacarse ya que me parecieron muy importantes, el primero cuando presentó “La canción del ladrón”, por su referencias hacia la actualidad. Indicó que los ladrones antes tenían la delicadeza de taparse la cara, y además el diálogo constante con su público, ya que una mujer en cierto momento le gritó “robáme”. El otro momento fue el dedicado a los poetas, nombró a Machado, Hernández, Papasseit y Benedetti, e interpretó “Llanto y coplas” y “Defender la alegría”, y resultaron muy emotivas.

Luego comenzaron las despedidas, con “Fiesta” y el consabido “Nooooo” del público, la presentación de los músicos, y los clásicos como “Lucía”, “Aquellas pequeñas cosas” y “Pueblo blanco” en el final, luego de más de tres salidas para saludar, ya que el público estaba tan entusiasmado que no aceptaban la idea de que el espectáculo debía terminar.

A la salida, se podía observar a la gente muy feliz, y satisfecha por lo que había visto.

Esta es mi simple crónica de lo que viví en este concierto. Aclaro que me hubiera gustado verlo en la ciudad de Ushuaia, como estaba inicialmente previsto, pero por esos imponderables cambió el itinerario de su gira y no pudimos tenerlo en el sur de la Argentina. Pero igualmente estoy totalmente satisfecho por todo lo que vi.

Texto de Agustín Borthiry (Río Grande - Tierra del Fuego)
Para acompañar este texto comparto el video de presentación del disco "Versos en la boca", del año 2002, con la canción "De cuando estuve loco". Gracias.

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